El 28% de los españoles consumen medicamentos de prescripción sin consultar al médico, cuando se les presenta un dolor de cabeza, acidez o resfriado, generando un 33% de los ingresos hospitalarios. En la tercera edad es donde más se practica.
La falta de tiempo para ir a la consulta del médico, acceso a medicamentos de OTC o restos de tratamientos anteriores no terminados que tienen en casa, son las causas que generan esta conducta. Sin un diagnóstico de la enfermedad y sin la supervisión del tratamiento.
Medicamentos más consumidos en automedicación:
Analgésicos, producen efectos adversos en el aparato digestivo o riñón.
Antibióticos: originan resistencia a las bacterias.
Antisépticos tópicos.
Suplementos vitamínicos y minerales.
Antigripales y antitusígenos.
Digestivos, laxantes, antiácidos y antiflatulentos.
Riesgos:
Toxicidad: efectos secundarios, reacciones adversas e intoxicación.
Las reacciones adversas a medicamentos (RAM) van desde urticarias hasta el choque anafiláctico, reacciones adversas a analgésicos, antipiréticos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE), se convierten así en un problema importante.
Falta de efectividad: se utilizan en situaciones no indicadas, ej. antibióticos en procesos víricos.
Dependencia o adicción
Enmascaramiento de procesos clínicos retrasando el diagnóstico y tratamiento.
Interacción con otros medicamentos o alimentos. También se pueden potenciar o disminuir el efecto de un medicamento.
Resistencias: el uso abusivo de antibióticos hacen que se generen resistencias a la flora bacteriana.
Consejos
La educación sanitaria de la población, dentro de los patrones culturales influyen en la automedicación. Están implicados: médicos, enfermería, farmacéuticos, industria farmacéutica, instituciones.
Limpiar el botiquín de casa: si han caducado o no sabemos para qué sirven, llevarlos a los «puntos de recogida» en las farmacias.
No usar fármacos que han sido prescritos para patologías de otras personas cercanas.
En situaciones más comprometidas: embarazo, lactancia materna, enfermedades crónicas, niños, consultar al médico antes de automedicarse.
Si los síntomas continúan consultar al médico.
Leer y conservar el prospecto de los fármacos, informa de: características, composición, contraindicaciones, posología y caducidad.
Conservar el embalaje original: conserva y protege el medicamento. Contiene información de: caducidad, lote, si se ha de guardar en nevera, etc…
También usándolos de forma responsable, pueden generarse beneficios, solucionando problemas pequeños (dolor, fiebre, acidez o resfriado) sin colapsar y usar en exceso los recursos sanitarios.